Nunca pensamos que dependeríamos tanto de una transmisión en vivo ya sea para trabajar, estudiar o simplemente para entretenernos. En los últimos años la utilización de ciertos formatos se volvieron parte esencial y permanente en nuestras vidas. Así como se han vuelto imprescindibles, también se han vuelto un dolor de cabeza debido al despliegue técnico y audiovisual que implican.
Quiero transmitir… ¿Qué hago? ¿Qué equipos utilizo?
Primero piensa en “lo que quieres ofrecer”a tu público. Si es un servicio de nivel «profesional» donde cuentes con fluidez en la transmisión (sin cortes, ni desconexiones) calidad de imagen full HD, sonido limpio, tu opción es contratar un servicio de «streaming profesional». ¿Por qué no una transmisión por celular? porque, si buscas alta calidad en imagen y sonido, un smartphone (aunque sea el último modelo) no te lo dará. El teléfono celular es una solución económica y directa, pero no es aplicable a todas las instancias o contextos, sobre todo si se quiere marcar la diferencia.
Una transmisión en vivo no solo debe verse profesional debe “ser profesional” es decir, ser realizada y/o asesorada por expertos. Aunque suene obvio, una transmisión profesional se realiza con equipamiento profesional, que está pensado y construido para transmitir contenido pulcro; una imagen bien cuidada, un sonido limpio y utilizando un lenguaje audiovisual correcto. Además, para disminuir al mínimo los imprevistos, se realizan pruebas técnicas previas al evento (nada es “improvisado”).
Si para ti «marcar la diferencia» es clave, lo que lo hará en tu transmisión es el resultado: fluidez, nitidez, despliegue técnico y las gestiones previas necesarias para llevar a cabo una transmisión exitosa:
Especialista = menos dolores de cabeza, excelente resultado.
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